Hoy me pasearé por tres pueblos, El Querforadat, Toloriu y Bar (Lleida), a la sombra del macizo del Cadí, que conservan todo el encanto de la arquitectura popular nada dañada.
El Querforadat, Toloriu y Bar
El Querforadat, Toloriu y Bar (Alt Urgell, Lleida)
Ruta: 2018
Ruta el Querforadat, Toloriu y Bar (Alt Urgell, Lleida)
Hoy visitaré el Querforadat, Toloriu y Bar, tres aldeas -tres pequeñas joyas- de la comarca del Alt Urgell, en la provincia de Lleida, en el umbral con la comarca de La Cerdanya. Estos tres pueblos antiguamente pertenecían a la Cerdanya y hoy están integrados en la comarca del Alt Urgell. A pesar de esta adscripción administrativa, me atrevería a decir que turísticamente podemos considerarla como de La Cerdanya y, de hecho, algunas informaciones turísticas así lo hacen.
El río Segre, cuando sale de la Cerdanya, se encaja en la línea de contacto del Pirineo con el Prepirineo de la sierra del Cadí, en el desfiladero de Martinet, formando la subcomarca del Baridà, considerada la puerta de la Cerdanya. Desde el lado sur del río el camino subirá hasta los pies de la pared norte de la sierra del Cadí, donde ésta queda cortada en una impresionante y continúa pared vertical, despojada de toda vegetación.
Entre Martinet de Cerdanya y la Seu d’Urgell (7 km de Martinet) se encuentra el desvío, en dirección sur, hacia el Querforadat, Toloriu y Bar. Serán 11 km de carretera de montaña en buen estado, hasta alcanzar el Querforadat.
El Querforadat
Municipio: Cava. Coordenadas: 42o19’33» N, 1o38’14» E. Altitud: 1.380 msnm. Población: 16 habitantes (2017)
Empezaré la ruta yendo a el Querforadat, el pueblo más alejado y encaramado a los pies de la cara norte de la Sierra del Cadí, para luego retornar descendiendo hasta en el valle del Segre.
Como muchos otros pueblos (véase Sant Jaume de Frontanya), el turismo -en muchos casos por parte de antiguos residentes que las han reconvertido en residencia secundaria para pasar parte del año una vez jubilados-, ha permitido mantener y rehabilitar el pueblo y alejarlo de la ruina.
Es cierto que ha perdido las actividades agrícolas y ganaderas, pero ha conservado el patrimonio arquitectónico y se mantiene como un lugar exclusivamente residencial. Las casas han sido rehabilitadas y presentan un muy buen aspecto casi todas, sin haber sufrido transformaciones que cambiaran su carácter, siguiendo el modelo actual de rehabilitación con piedra vista.
De hecho, todavía recuerdo la primera vez en que descubrí el Querforadat, hace ya muchos años, cuando aún residían campesinos que explicaban la dureza de la vida en este lugar, y sus problemas en invierno cuando quedaban incomunicados. Se produjo una especie de enamoramiento con el lugar, que hizo que vuelva siempre que puedo, y encuentro que aún mantiene su encanto, aunque ahora sea sólo un pueblo turístico.
El Querforadat se encuentra al pie de la sierra de Cadí por su cara norte, donde muestra la desnudez de su pared septentrional, con altitudes superios a los 2.500 m. El pueblo está situado sobre la orilla izquierda del río del Quer.
Documentado a finales del siglo XI en el acto de fidelidad de Galaran Miró a Guillem Ramon I conde de Cerdaña. Los Pinós lo tendran hasta mediados del siglo XIV. En el siglo XV, por matrimonio pasó a los Castro-Pinós.
A la llegada, al final de la carretera, se encuentra un pequeño aparcamiento -si hay cierta afluencia de visitados puede ser un problema aparcar en todo el pueblo, y el poco espacio está lleno de señales de prohibido aparcar-, no se ve más que un roquero a la izquierda y unas pocas casas a la derecha.
El pueblo aparecerá cuando pasamos el roquero situado sobre la vertiente que baja hacia el río de Quer, que queda en el fondo del valle.
Llegado a este punto se me presente un dilema. Avanzar por la calle que lleva a un puente, o descender por la calle que pasa por debajo del puente. Estas dos calles son, de hecho, las dos únicas del pueblo, con pequeñas ramificaciones, una por la parte alta y la otra por la baja, Al final de su recorrido vuelven a encontrarse, lo que permite hacer un recorrido completo en forma digamos circular.
Yo prefiero seguir la calle de arriba -calle de Migdia (calle de Mediodia)-, la del puente, ya que permite ver en panorámica el pueblo a medida que avanzas.
Mirando abajo podemos observar el lavadero público clásico en estos pueblos.
Veremos también la iglesia en medio de las casas.
Avanzando se van descubriendo las espectaculares vistas, sobre el valle del Quer y sobre el Cadí.
Mirando atrás, y fijando la atención sobre la entrada del pueblo, se descubre que en el roquero hay unas edificaciones que pasan desapercibidas al entrar. Son vestigios del castillo. Después me detendré.
Las últimas casas del pueblo por la calle del Migdia.
Sobrepasadas las casas, el espectáculo de la naturaleza es impresionante, con la pared desnuda del Cadí. Si el pueblo es bonito, la naturaleza lo gana.
Una fuente y una balsa aparece al pie de la montaña. En este punto, establecí conversación con un residente estacional muy amable y amante de la fotografía, y , según él, la fuente era de época romana. Queda dicho.
Retorno al interior del pueblo, ahora por la calle de abajo, calle Bach, en dirección a la iglesia.
La iglesia parroquial del Querforadat, del siglo XVIII, está dedicada a San Ginés, con torre de base cuadrada en la parte posterior.
Aprovecho este momento para proponer conceder a las compañías eléctricas, y especialmente a Telefónica, el premio Antiprotección del patrimonio urbano y del turismo. Parece que no hay mejor lugar que las paredes de las iglesias y de edificios simbólicos para colgar los cables de sus acometidas. No importa si son Bienes de Interés Cultural o no
Paso por delante de lavadero comunitario y me dirijo a la zona del castillo, aquella parte que al llegar había quedado escondida por el roquero de entrada al pueblo.
Lo primero que se ve de lo que queda del castillo es una edificación en forma semicircular, pero al avanzar observa que ha sido prolongada con un edificio con algunos elementos que parecen defensivos, como una abertura con forma de aspillera.
Al parecer, esta construcción data de 1620.
Por lo que se comenta en la web de Cataluña Medieval, parece lógico pensar que el primitivo castillo estuviera sobre el roquero desde el siglo XI, como he señalado antes. Lo que parece claro es que corresponderá a la tipología de castillo roquero de colina.
Si dirigimos la mirada sobre el pueblo, es desde donde obtenemos la mejor perspectiva del conjunto del Querforadat.
Retorno al aparcamiento y, ante mí, se abre la visión de otro espectáculo de la naturaleza. Esta vez son el Pirineo los que cierran el horizonte, mientras abajo se abre camino el valle del río Quer.
Me dirijo carretera abajo, retrocediendo 6 km, y me sitúo en una meseta sobre el río Segre, para visitar dos pueblos bien conservados, uno de ellos, “a on les bruixes hi fan el niu” (en donde las brujas hacen el nido).
Toloriu
Municipio: El Pont de Bar. Comarca: Alt Urgell.
Coordenadas: 42o 21’ 46”N, 1o 37’ 43”E. Altitud: 1.240 msnm. Población: 21 habitantes (2017)
Situado en una meseta sobre el río Segre tenemos Toloriu « a on les bruixes hi fan el niu » según dicen algunos.
Antigua baronía con castillo fortaleza que junto con los castillos de la vecina Bar y el de Aristot, al otro lado del río, vigilaban y defendían la entrada a la Cerdanya.
Estos castillos pertenecieron a la Orden del Temple. Dentro del condado de la Cerdanya la relación de los varones Grau con los Pinós, fundadores de la orden, fue tan efectiva como participativa en cruzadas y conquistas. Más tarde, los Grau acompañaron como capitanes a Hernán Cortés en la conquista de México.
De ahí se deriva que la población de Toloriu esté íntimamente ligada a la historia de la princesa azteca María Xipaguacín, hija del emperador Moctezuma, la cual, según se dice, llegó al pueblo de la mano de Joan Grau, barón de Toloriu que había ido a hacer las Américas con Hernán Cortés. Dicen que sus restos reposan bajo la iglesia de Sant Jaume.
De este castillo sólo queda una torre de defensa de las murallas, ya que el castillo residencia de los Grau-Moctezuma fue destruido en 1794 por los franceses. Correspondería a un castillo de llanura.
El primer contacto con el pueblo es la fuente-abrevadero-lavadero, con un formato arquitectónico parecido al que he visto en el Querforadat.
Un pueblo bien cuidado, en el que aún queda alguna explotación agraria. En el momento de la visita, el pueblo está tranquilo y desierto y da gozo y relax pasear por él.
Deambulando por las calles llego a la plaza del de la iglesia de Sant Jaume. En esta iglesia se dice que está enterrada la princesa azteca María Xipaguazin Moztezuma. La iglesia ya se mencionaba en el siglo IX, y sobre ella se alzó el actual edificio en el siglo XVI, de forma sencilla con un coro (que ahora no existe) y el campanario, de base cuadrada, a la entrada. Durante la guerra interior (1936-39) se hundió el tejado, y ha sido restaurado con un techo superpuesto de forma moderna. Fuera de culto, es una gran sala que acoge los actos culturales del pueblo.
Bar
Municipio: El Pont de Bar. Comarca: Alt Urgell.
Coordenadas: 42o 21’ 30”N, 1o 38’ 19”E. Altitud: 1.161 msnm. Población: 30 habitantes.
Pueblo edificado entorno del antiguo Castillo de Bar, del siglo XII, totalmente destruido y del que sólo queda un pequeño trozo de muro (tipología castillo de la colina). Como ya he dicho, junto con los castillos de Toloriu y Aristot guardaban la entrada a la Cerdanya.
Esta construcción, permite imaginar por donde pasaba el trazado de la muralla.
Actualmente, el elemento visual dominante es el campanario la iglesia.
Avanzando calle abajo se encuentra la antigua fuente-abrevadero-lavadero.
La iglesia de Sant Esteve de Bar, de origen románico, probablemente del siglo IX, es actualmente de difícil clasificación, dadas las modificaciones sufridas, especialmente en el siglo XIV, con torre octogonal en la fachada, y cimborrio.
Es curiosa la balsa en el edificio frente a la iglesia, en la parte inferior izquierda de la primera fotografía de la iglesia.
Finalizo esta ruta y salgo del pueblo de Bar. Ante mí se me ofrece una espléndida panorámica del río Segre y del desfiladero de Martinet en dirección a la Cerdanya, que se abre al fondo.
Ha resultado una tarde estupenda y relajada, que os aconsejo realizar cuando os halléis por la zona. Pese a hallarnos en un área altamente turística, han sido ocupados por residencias temporales, pero sin modificar ni su estructura ni su fisonomía.
He escogido estor tres por que forman un circuito sencillo y lineal, pero cualquiera de los otros de esta zona puede resultar igualmente atractivos como para merecer una visita.